In the shadow of the Virgin Marys village, God builds new friendships
By Mark Lans | Ecuador in South America

En cualquier comunidad nueva es un desafío formar nuevas relaciones. Sin embargo, con Dios eso sucede muchas veces de manera emocionante e inesperada. Esto fue una realidad para mí cuando empezamos a tener contacto en la comunidad de El Cisne.
La relevancia de este pueblo en la provincia de Loja es profunda. En El Cisne se encuentra una basílica católica dedicada a la Virgen de El Cisne. No es exagerado decir que María – en la forma de esta estatua de más o menos un metro de altura – es central en la vida religiosa de casi todos los lojanos. Pero aparte de ese aspecto, la Virgen también es la base económica para El Cisne por el turismo.
Dios empezó a formar la base de mi amistad con Sergio poco tiempo antes de que nos mudaramos a un lugar cerca del pueblo del El Cisne. Antes de que mi esposa, Ruth, y yo comenzaramos a enseñar inglés allí, habíamos llevado nuevos misioneros y visitantes a El Cisne. Queríamos que vieran la profunda devoción a esta estatua. Les mostramos la basílica con decoración elaborada, en especial el enorme altar de oro en cuya parte superior se encuentra la Virgen en una vitrina. Pero el impacto en los visitantes fue más fuerte en el museo: Este se dedica a la exhibición de los muchos artículos de oro, joyas, coronas, ropa y varios otros artefactos donados a la Virgen de El Cisne – sea en agradecimiento o por solicitud de milagros. Por supuesto, el museo se conoce a través de un guía turístico. Sergio es muy conocedor de los más de 400 años de historia y la importancia de los artículos donados.
Después de haber llevado a 3 grupos dentro de unos 2 meses, Sergio ciertamente me reconoció. Así que me preguntó qué estaba haciendo en Ecuador y qué me llevó a El Cisne. Le comenté que estaba ayudando a enseñar inglés en la escuela. Parecía muy complacido con eso e incluso me sugirió una oportunidad rentable enseñando inglés a adultos en el pueblo, pensando en el turismo. Le dije que no podía cobrar nada, pero que iba a considerar realizar algo como voluntario, si él me ayudaba a encontrar personas interesadas. Y así el Señor comenzó a abrir puertas en El Cisne, por las cuales habíamos estado orando.
Un día también pude visitar a Sergio en su casa para compartir la Biblia. Él admitió que nunca había leído la Biblia así que realmente no sabía lo que decía. Por lo tanto, se sorprendió al oír que la salvación era por gracia y que no podíamos ganarnos el favor de Dios por nuestras propias obras.
Seguimos orando por Sergio, trabajando en la profundización de la relación, que poco a poco haya más oportunidades para compartir la Biblia y el Evangelio.
(Mark y Ruth Lans con sus dos hijos trabajan en El Cisne desde el año 2015. Sintieron el llamado de Dios a salir de la ciudad de Loja para enfocarse en la plantación de iglesias en ese pueblo.)
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